En medio de todo el proceso electoral una noticia nos ha sobresaltado y alegrado a partes iguales. Al final, el movimiento reaccionario español, encarnado en todo tipo de "plataformas sociales" endogámicas ha dado el paso de convertirse en partido político.
Sus planteamientos son simples. El antiguo gobierno del Partido Popular les ofreció aprenderse un guión preestablecido a cambio de "fama y dinero", y ya no saben decir nada por lo que antes no cobraran.
Para empezar buscan diferenciarse del PP y del PSOE, diciendo que nacen libres de las hipotecas territoriales y clientelares. La verdad resulta difícil comprender esta afirmación, cuando han vivido de lo que estos dos partidos les pagaban por haber funcionado de voceros de lo que estos no podían decir.
Quieren convertir España en un estado federal. ¿Para tener los territorios más autonomía? Ni de lejos. Lo que quieren es "un modelo federal cerrado, donde todas las comunidades tengan idénticas competencias dentro de un Estado sólido". Esto es, que nos ofrecen mas "libertad" dentro de un estado cerrado, del que aquí no sale ni Dios.
Digo esto, por que en el punto siguiente nos dicen quieren cambiar la ley electoral para que los "nacionalismos periféricos" no tengan tanto peso en el estado. Está clara su postura. Da igual la población que se tenga en un territorio. Cuanta más gente vote en ese territorio a un partido nacionalista, menos derechos va a tener.
Al final nos revelan que añoran el Pacto Antiterrorista, por el que se criminalizaba a todo el nacionalismo. Llevan tanto tiempo viviendo del cuento, que han perdido de vista el horizonte. Vivieron felices cuando eran ellos los que dividian la ciudadanía entre "demócratas" y "terroristas", mientras sus amos aplaudían fervientemente. Ahora, endiosados ellos se ven con derecho de decirnos que si votamos a partidos "nacionalistas periféricos", ellos se encargaran de limitar nuestros derechos.
Fernando Savater, Rosa Diez, Jon Juaristi, estomagos agradecidos que se inventaron una historia de indios y baqueros, en la que todo ciudadano nacionalista quería pelarlos. Se ganaron la vida por la España rancia y reaccionaria con un caché de tantos Euros por lágrima. Con el nuevo gobierno español, se terminó el chollo, y para volver a la situación anterior no han visto mejor manera que la de formar un partido político y crear ellos directamen aquella situación de "buenos y malos" que tanto dinero les dio y que tanto echan de menos.
Sus planteamientos son simples. El antiguo gobierno del Partido Popular les ofreció aprenderse un guión preestablecido a cambio de "fama y dinero", y ya no saben decir nada por lo que antes no cobraran.
Para empezar buscan diferenciarse del PP y del PSOE, diciendo que nacen libres de las hipotecas territoriales y clientelares. La verdad resulta difícil comprender esta afirmación, cuando han vivido de lo que estos dos partidos les pagaban por haber funcionado de voceros de lo que estos no podían decir.
Quieren convertir España en un estado federal. ¿Para tener los territorios más autonomía? Ni de lejos. Lo que quieren es "un modelo federal cerrado, donde todas las comunidades tengan idénticas competencias dentro de un Estado sólido". Esto es, que nos ofrecen mas "libertad" dentro de un estado cerrado, del que aquí no sale ni Dios.
Digo esto, por que en el punto siguiente nos dicen quieren cambiar la ley electoral para que los "nacionalismos periféricos" no tengan tanto peso en el estado. Está clara su postura. Da igual la población que se tenga en un territorio. Cuanta más gente vote en ese territorio a un partido nacionalista, menos derechos va a tener.
Al final nos revelan que añoran el Pacto Antiterrorista, por el que se criminalizaba a todo el nacionalismo. Llevan tanto tiempo viviendo del cuento, que han perdido de vista el horizonte. Vivieron felices cuando eran ellos los que dividian la ciudadanía entre "demócratas" y "terroristas", mientras sus amos aplaudían fervientemente. Ahora, endiosados ellos se ven con derecho de decirnos que si votamos a partidos "nacionalistas periféricos", ellos se encargaran de limitar nuestros derechos.
Fernando Savater, Rosa Diez, Jon Juaristi, estomagos agradecidos que se inventaron una historia de indios y baqueros, en la que todo ciudadano nacionalista quería pelarlos. Se ganaron la vida por la España rancia y reaccionaria con un caché de tantos Euros por lágrima. Con el nuevo gobierno español, se terminó el chollo, y para volver a la situación anterior no han visto mejor manera que la de formar un partido político y crear ellos directamen aquella situación de "buenos y malos" que tanto dinero les dio y que tanto echan de menos.
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