Según parece ANV ha accedido a participar en las elecciones. Ahora habrá que ver si al PSOE le interesa dejar que la vieja marca de la izquierda abertzale pueda concurrir o no. Ciertamente el partido en el gobierno español ha sabido manejar mucho mejor de lo que se esperaba la situación política en Euskal Herria de cara a sus intereses.
Es verdad que el gobierno anterior le dejo en herencia a ETA completamente controlada, agusanada y atada de pies y manos. Pero estos han dado la puntilla. Mientras que con el gobierno anterior la estrategia era de "guerra al terrorismo", con el PSOE la estrategia a cambiado.
Si bien con el PP todos dentro del erakunde se encontraban forzosamente favorables a la continuación de la lucha armada (aunque por razones externas como la aparición de Aralar, estas acciones se llevaran a cabo contra objetivos materiales y no humanos), con la estrategia del PSOE comenzaron a crearse corrientes internas favorables a la negociación política.
Con la estrategia de mano tendida, favorable al fin de la violencia por medios negociados, el PSOE ha conseguido la formación de dos bloque diferenciados dentro de la organización. Los favorables a la continuación de la violencia armada, se han radicalizado más si cabe, al ver que el otro sector llevaba al erakunde hacia la "liquidación".
A pesar de que el PSOE haya apostado por la negociación, sabe que tiene todos los medios para terminar con ETA por la via policial. Aun así, el PSOE quiere terminar con ETA por medios de la negociación. Y es que sabe muy bien que si terminara con ETA por via policial, no pasaría mucho tiempo hasta que otra nueva generación cogiera el testigo y continuara por la via armada. En el PSOE quiere terminar con ETA para siempre; quiere sobre la mesa un documento de por el que se declare el fin de la via armada, lo que cerrará a las generaciones posteriores la via de la lucha armada.
En esta labor se ha encontrado con un aliado ansioso por ejercer al lado del PSOE, un PNV liderado por Imaz, más empeñado en mejorar su imagen en España que en conseguir los objetivos de un partido nacionalista.
Con una estrategia definida, o simplemente por suerte, el PSOE se está encontrando con un tablero de juego muy favorable a sus intereses. Con ETA controlada y entretenida en discusiones internas, una izquierda abertzale en crisis y con riesgo de convertirse en un movimiento marginal y con un partido mayoritario en Euskadi, el PNV, que procura no moverse mucho de donde le mandan desde Madrid.
Es verdad que el gobierno anterior le dejo en herencia a ETA completamente controlada, agusanada y atada de pies y manos. Pero estos han dado la puntilla. Mientras que con el gobierno anterior la estrategia era de "guerra al terrorismo", con el PSOE la estrategia a cambiado.
Si bien con el PP todos dentro del erakunde se encontraban forzosamente favorables a la continuación de la lucha armada (aunque por razones externas como la aparición de Aralar, estas acciones se llevaran a cabo contra objetivos materiales y no humanos), con la estrategia del PSOE comenzaron a crearse corrientes internas favorables a la negociación política.
Con la estrategia de mano tendida, favorable al fin de la violencia por medios negociados, el PSOE ha conseguido la formación de dos bloque diferenciados dentro de la organización. Los favorables a la continuación de la violencia armada, se han radicalizado más si cabe, al ver que el otro sector llevaba al erakunde hacia la "liquidación".
A pesar de que el PSOE haya apostado por la negociación, sabe que tiene todos los medios para terminar con ETA por la via policial. Aun así, el PSOE quiere terminar con ETA por medios de la negociación. Y es que sabe muy bien que si terminara con ETA por via policial, no pasaría mucho tiempo hasta que otra nueva generación cogiera el testigo y continuara por la via armada. En el PSOE quiere terminar con ETA para siempre; quiere sobre la mesa un documento de por el que se declare el fin de la via armada, lo que cerrará a las generaciones posteriores la via de la lucha armada.
En esta labor se ha encontrado con un aliado ansioso por ejercer al lado del PSOE, un PNV liderado por Imaz, más empeñado en mejorar su imagen en España que en conseguir los objetivos de un partido nacionalista.
Con una estrategia definida, o simplemente por suerte, el PSOE se está encontrando con un tablero de juego muy favorable a sus intereses. Con ETA controlada y entretenida en discusiones internas, una izquierda abertzale en crisis y con riesgo de convertirse en un movimiento marginal y con un partido mayoritario en Euskadi, el PNV, que procura no moverse mucho de donde le mandan desde Madrid.
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